La herida de la puta

A veces (muchas veces) sucede que una persona no se siente merecedora de amor; no se siente adecuada para ser amada; o se siente insuficiente, que no tiene otra cosa de valor en todo su ser que su cuerpo, su sexo. Entonces, para conseguir el amor que todas las personas anhelamos, se convierte en una diosa en la cama, un semental, una máquina, una amazona insaciable. Pero, en realidad, lo que hace es poner toda su energía en aprender la forma de dar infinitos placeres a sus amantes para retenerlos a su lado. Sólo busca el placer del otro y se olvida del suyo. No hay un intercambio, un fluir del placer entre las dos personas (o más) que estén compartiendo la intimidad. No hay un vínculo profundo. Porque establecerlo podría suponer que “se descubran esas taras, imperfecciones” que esconde; se descubra que no vale nada. Ese es el miedo más profundo de una persona con esta herida.
Todo esto viene dado por su biografía, por inputs, heridas, traumas y/o condicionamientos de la infancia que han enraizado en esta persona la creencia de no ser suficiente, digna de amor, adecuada. Y, en una sociedad hipersexualizada y enfermiza, algunas de las personas que cargan estas heridas, consiguen compensarlas así: siendo unas bombas sexuales.

Esta herida que se expresa en la intimidad sexual, es una de las que se incluyen en la Codependencia Emocional. Otras son: el miedo al abandono, al rechazo, el sentirse insuficiente o inadecuad@, la invasión, la vergüenza,… Muchas de ellas forman parte del crisol de heridas que pueden derivar en la tendencia a ofrecer nuestro cuerpo a cambio de amor.

La Codependencia Emocional es una vía para poner consciencia e integrar las heridas de la infancia o la primera adolescencia que nos marcan y nos bloquean en las relaciones y en la sexualidad. La idea de que las heridas que dibujan y moldean nuestra geografía interna se pueden borrar como quién borra un boceto a lápiz, es una porquería naïf del márqueting New Age. Nuestro paisaje interno es el que ha sido contorneado por nuestra biografía. Pero cuando ponemos consciencia a aquéllos espacios internos erosionados y aprendemos a hacernos cargo de ellos como adultas que somos, dejan de taponar poderoso fluir de nuestra energía sexual y, así, sea cual sea esta biografía podemos vivir relaciones sanas y una sexualidad amorosa, extática y fluida,


Poner consciencia en estas heridas, reconocerlas y poder mirarlas a la cara sin miedo es la antesala a dejar de vender el cuerpo a cambio de amor. Porque quién mendiga sólo consigue limosna.

¿Te resuena esta herida?
¿Te has visto alguna vez ofreciendo tu cuerpo a cambio de amor?

Yo sí.

Te leo en comentarios. Junt@s nos sanamos 😘

En los retiros de Codependencia abordamos estas heridas y nos dotamos de recursos para sanarlas:

  • Consciencia de las heridas
  • Integración a través de la Meditación y el Tantra
  • Sanación a través de la Reflexología Sexual

1 Comment

  1. Me veo en esta herida, si, de querer ser querida, de ser alguien para ese alguien que yo admiraba, y que deseaba tener a mi lado.
    Ser alguien si alguien me valora.
    Es fuerte escribir esto, pero así era.

    Para mi era fácil poder atraer con mi cuerpo, y era agotador estar siempre con el radar puesto de gustar, encajar, no decepcionar, en lo sexual. Agotador!!!, así me pasaba, que tenía candidas cada dos y medio por tres.

    Poco a poco empecé a soltar cuerda y ahora por fin, cuando sonrío y me salen muchas arrugas alrededor de los ojos, no me importa que la gente se las quede mirando, forman parte de mi y también reflejan algo característico de mí, la alegría. Ahora no me importa decir que hoy en la cama, sólo quiero mirar a los ojos y mañana ya veremos.

    Hay otras cuerdas que aún siguen atadas, y con mi proceso de climaterio me doy más cuenta de ellas. Me cuestan soltarlas, pero poco a poco, tiempo hay… tiempo hay mucho.

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